Siempre me habían comentado que Arturo Pérez-Reverte era un
defensor nato de los animales, pero nunca creí que lo fuera hasta tal punto, me
ha sorprendido alguno de sus artículos, dice lo que muchos pensamos pero por
educación en unos casos y por miedo en otros no somos capaces de expresarlo. Varios
de sus artículos me trajeron a la memoria historias no del todo olvidadas sino
más bien apartadas y que nuevamente me volvieron hacer sentir la rabia y la
impotencia que sentí en su momento, me hizo recordar la sociedad con la que
compartimos los buenos como los malos momentos.
Pero sobre todo lo que más me ha gustado de este libro son
sus ilustraciones, me quitó el sombrero ante los dibujos de Ferranz, el
dibujante de batallas como dice Arturo. Sólo por sus ilustraciones merece la
pena el libro.
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