
Después de mucho trabajo, muchas noches sin saber si hará frío o calor, lloverá o no, si todo saldrá bien, por fin llega la hora de ver la cosecha que marcará el futuro del año venidero.
Así es como se ha sentido mi padre, después de trabajar muy duro durante sus días de descanso y este año, el fruto ha sido tal, que le hace frente a la crisis.
Este año, de nuevo, la huerta ha estado llena de color y de sabor, pudiendo pasear por ella de mañana y disfrutando de la fruta recién cortada con ese gusto que le da el aroma del campo.
Y ahora toca comenzar de nuevo, preparar la tierra, mimarla y trabajarla para que el año próximo la cosecha sea mejor y pueda por fin entrar en el record Guiness.
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