domingo, 11 de diciembre de 2011
El niño de los caballos
No es una novela, como otra cualquiera basada en la relación de un padre con su hijo, para mi ha sido algo más.
Mientras leía el libro en varias ocasiones podía trasladar los sentimientos del padre a mi vida, y podía sentir, además de pensar, “¿y yo sería capaz de hacer eso?” o “¿podría superar esa situación?” leyendo este libro me he dado cuenta que la vida nos pone trabas a todos, y la mejor manera de poder ser feliz, y saber llevar esas trabas.
Rupert tenia un hijo con un trastorno desconocido, parecido al autismo pero no era autismo, y además de eso se encontró en una sociedad que lo único que hace es poner las cosas difíciles, bien de forma económica o bien pidiéndote hacer cosas que serían casi imposibles de hacer, además de venderte siempre la moto con que tu hijo va a mejorar, que tu hijo se va a “curar”.
Creo que es un libro que te hace vivir dos aventuras, por un lado esta la aventura de un padre que viaja a Mongolia con su mujer y su hijo que tiene un trastorno desconocido, que en cualquier momento le puede dar una “rabieta” por algo y no es capaz de controlar sus emociones, haciendo lo único que pueden hacer los niños, que es gritar, patalear y llorar, esto le puede dar tanto en medio de la misma capital de Mongolia como perdidos en Siberia, y por otro lado nos hace vivir en cada momento su aventura en Mongolia, haciéndote participe de sus sentimientos, miedos, alegrías ect.
Creo que es un libro diferente donde lo importante no es solo la historia, sino todo lo que te puede hacer vivir y sentir.
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